Omar Garay Campomanes, asesor de negocios y único sobreviviente del suero defectuoso de Medifarma, rompió su silencio para relatar el calvario que vivió tras ser expuesto al medicamento que ya ha cobrado siete vidas. Su testimonio no solo expone las graves secuelas físicas, sino también el impacto emocional y el trato negligente que recibió.
El 19 de marzo, Garay ingresó a la Clínica Sanna San Borja para una cirugía por una fístula perianal. Sin embargo, lo que debería haber sido un procedimiento rutinario se convirtió en una pesadilla cuando le administraron el suero contaminado. «El dolor era insoportable», revela. La anestesia local tuvo que convertirse en general debido a su agonía.
Pese a ser dado de alta el 22 de marzo, los síntomas persistieron: hinchazón en la mano derecha y fuertes dolores de cabeza. Cinco días después, recibió la impactante llamada: era una de las víctimas del lote defectuoso. «Nadie me escuchó», denuncia, refiriéndose al personal médico que ignoró sus quejas. Su decisión de retirarse la vía por su cuenta pudo haberle salvado la vida.
Su abogado, Pedro Alva, confirmó que evalúan presentar una denuncia por lesiones culposas agravadas contra la clínica y el laboratorio. «No solo hubo negligencia médica, sino también un trato prepotente», asegura Garay, quien ahora enfrenta una larga recuperación física y emocional.










