En las últimas semanas, la inseguridad en las avenidas Arequipa, Wilson y Tacna ha escalado a niveles alarmantes. Dos ataques a colectiveros se han registrado en solo tres meses, incluyendo un ataque a balazos ocurrido la noche de este miércoles, dejando a una víctima entre la vida y la muerte.
Según investigaciones, bandas criminales como ‘Los Injertos del Rímac’ y ‘Los Monos con Corona’ han tomado el control absoluto de estas vías. Estas organizaciones extorsionan a los conductores con cobros semanales de hasta 25 soles por unidad, imponiendo su dominio con violencia y sangre.
Pero estas no son las únicas bandas operando. En marzo de este año, se reveló la presencia de ‘La Nueva G del Rímac’, identificada por su logotipo de un delfín. Estas organizaciones han sectorizado las rutas, desde la avenida Alcázar en el Rímac hasta Miraflores, con pagos diferenciados y un sistema de identificación de víctimas.
La pregunta que queda en el aire es: ¿Por qué, a pesar de las continuas operaciones policiales, no se logra recuperar el control de estas avenidas? Mientras las autoridades no actúen de manera contundente, las vías de Lima seguirán en manos de estas bandas criminales, que operan con impunidad y violencia.
