La Municipalidad de San Luis, en Cañete, realizó la inauguración de un nuevo pabellón de nichos en el cementerio municipal, pero el evento quedó marcado por un detalle que llamó la atención de todos: la placa conmemorativa estaba hecha simplemente de papel.
Durante la ceremonia, el alcalde Zósimo Infanzón de la Cruz intentó colocar la placa, pero esta no se adhirió correctamente debido a la mala calidad de los materiales. La situación se volvió incómoda cuando los asistentes notaron que ni siquiera la cinta adhesiva utilizada era resistente.
El hecho generó burlas y críticas en redes sociales, donde usuarios compararon la placa con gigantografías publicitarias de bajo presupuesto. «¿Será que los nichos también están hechos de papelógrafo?», bromeó un ciudadano en Facebook.
Algunos intentaron justificar el acto argumentando que podría tratarse de un gesto ecológico, pero la mayoría coincidió en que reflejaba falta de seriedad y planeamiento por parte de las autoridades.
El alcalde, visiblemente incómodo, no supo cómo reaccionar ante el bochornoso momento. «¡Qué palta!», comentó un testigo, refiriéndose a lo decepcionante del acto.
Este incidente pone en duda la transparencia y el uso adecuado de los recursos públicos en la gestión municipal, especialmente en proyectos que deberían ser duraderos y respetuosos con la comunidad.
