El mundo católico celebra hoy un momento histórico con la elección del cardenal Robert Prevost como el nuevo Papa León XIV, quien se convierte en el primer Sumo Pontífice estadounidense y, además, en un líder con un profundo vínculo emocional con el Perú. La fumata blanca que emergió de la Capilla Sixtina al término de la tercera votación del cónclave cardenalicio desató la alegría entre los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro y millones más alrededor del globo.
Visiblemente emocionado, León XIV pronunció sus primeras palabras como Papa, destacando su compromiso con el diálogo y la unidad. «Busquemos la paz y tendamos puentes», expresó en un mensaje que resonó entre los presentes. Además, sorprendió al dirigirse en español, recordando con cariño su paso por el Perú, país que lo acogió y al que considera parte fundamental de su vida.
Los lazos del nuevo Papa con el Perú son profundos. Desde su labor como obispo en Chiclayo y el Callao, Prevost demostró una cercanía inusual con los fieles, participando activamente en campañas sociales, como el apoyo a damnificados por el ciclón Yaku y la entrega de oxígeno durante la pandemia de COVID-19. Su labor no pasó desapercibida: en 2023 recibió la más alta distinción del Episcopado Peruano, un reconocimiento a su dedicación.
Su nombramiento como Prefecto del Dicasterio para los Obispos en 2023, bajo el pontificado de Francisco, lo consolidó como una figura clave en la Iglesia. Ahora, como Sucesor de Pedro, se espera que su liderazgo mantenga el espíritu de apertura y servicio que lo caracteriza. «No es ajeno a los problemas del Perú», destacan quienes lo conocen, recordando su involucramiento en temas sociales e incluso políticos del país.
Con un estilo cercano y espontáneo —como demostró al reunirse con feligreses minutos después de su elección—, León XIV inicia un pontificado que promete estar marcado por la compasión y la búsqueda de la paz global. Un Papa que, aunque nacido en EE.UU., lleva al Perú en el corazón.
